Mujeres de hoy

Sunday, June 11, 2006

Mujeres de hoy.

Las mujeres siempre estarán en boca de los hombres.
Para los que no somos muy sociables con nuestro propio género, éste proceso deja de ser complicado cuando elegimos temas comunes, la política nacional tan socorrida estos días, la economía propia (y la ajena) el fútbol (que a muchos apasiona, aquí no me incluyo) el clima, los autos, el trabajo y por supuesto las mujeres. Siempre podrás romper el hielo planteando el escenario de la chica nueva (si estudias o trabajas da lo mismo, sabes a que me refiero) o la amiga de la amiga de la amiga que tu cuate llevó a la última fiesta, las reinas de la farándula y el deporte internacional. En bastante menor medida de mujeres como Condoleeza Rice, la maestra Elba Esther o la ex de Sir Paul mc Cartney.

Así, motivado por la aparente (aún no tan alarmante creo) misoginia detectada en algunas pláticas “masculinas” que pueden o no ser after party e inclusive de oficina, me di a la tarea de escribir todos y cada uno de esos argumentos rompehielos que en realidad suenan cual reclamos de quejosos (y me incluyo) porque no importa cuantos años tienes, o si empieza con 0 o 5 tu código postal, al final del día siempre viene la gran interrogante ¿qué onda con las mujeres de hoy?

La respuesta es incierta y sin afán de sonar contundente y definitivo la realidad es que la mayoría de las mujeres de hoy no saben lo que quieren. Luego entonces, lo quieren todo.

Los hombres estamos sufriendo las consecuencias de esta crisis (qué culpa teníamos?) y no sabemos como comportarnos. Los roles aún están cambiando y estamos en medio de ello.

He escrito no se cuántos guiones para videos corporativos, de ventas, openings de eventos en los cuales el eje es el concepto “la mujer de hoy” en la cual el mensaje es que esa mujer tiene la necesidad interna de ser independiente y autosuficiente. Algunos incluso crecimos con ellas siendo sus hijos en hogares tanto mas o menos disfuncionales así que la teoría, varios de esta generación la conocemos, no pueden negárnoslo.

Sin embargo, esta “mujer de hoy” choca con sus estructuras sociales y familiares: hacen que quieran ser independientes, pero no tanto; comprometerse, pero no tanto; tener hijos pero no renunciar a nada.

Por otro lado y como consecuencia indirecta, los hombres acerca de ellas tampoco estamos seguros de nada, porque nos resulta atractiva y natural una mujer independiente, pero eso si, no tanto que dentro de nuestras relaciones no se pueda controlar.

Los tiempos no están como para hacernos cargo de todo y de todos, por eso considero empático que las mujeres sean autosuficientes, el hecho de hacer equipo con ellas teóricamente nos haría crecer a ambos, pero “la mujer de hoy” con todo y su elaborada independencia sigue esperando una manutención mal disfrazada de caballerosidad, en la que su sueldo es suyo y el “nuestro” de ambos. Lo mismo pasa con los autos, pero ese es otro tema.

Considerando que antaño la manutención a cargo del jefe del hogar era lo recomendable e ineludible, para la mujer también era recomendable e ineludible dedicarse a la cocina, los hijos y la limpieza. Por qué entonces tendríamos que seguir siendo “carteras” si ellas no quieren ser “empleadas”. Suena sensato el cuestionamiento y no es que yo quiera una empleada: con orgullo puedo decir que mi casa la mayor parte del tiempo está limpia y cocino de maravilla, esto último a diferencia de varias de mis ex parejas.

Si tanto los hombres como las mujeres, estuviéramos decididos a compartir los roles , la vida sería un paraíso de parejas felices y probablemente mi teoría de que el amor tiene fecha de caducidad no tendría cabida.

Las mujeres tienen que definir claramente sus objetivos y no cargarle con la culpa a nadie si no los pueden cumplir y los hombres deberíamos tener también nuestros propios objetivos visualizando la relación con una mujer olvidándonos del viejo rol de "cheque al portador" para transformarnos en un compañero de viaje por la vida.
Pero no pasará si nadie se hace cargo de sus propias inseguridades y no hay voluntad para aceptar el cambio, para dejar atrás las viejas estructuras y transformarse, no en un hombre o una mujer, sino en dos seres humanos con las mismas capacidades, los mismos derechos y aceptando por otra parte, las limitaciones o beneficios o diferencias relacionadas con su propio sexo.

En el fondo es una cuestión de evolución, mirándolo desde objetivos espirituales o simplemente madurez para hablar desde lo práctico y terrenal.

Las Mujeres de hoy no se Quieren Comprometer

En cierto momento de nuestras vidas, acepto haber dicho que lejos de ser un problema, era una facilidad que las mujeres nos daban para hacer efectivo que “en la variedad está el buen gusto”. Sin embargo el paso del tiempo y esa necesidad de hacernos la vida mas amable por razones prácticas, hacen que uno si desee el compromiso.

Hoy, en muchas de esas sesiones en las que he fungido como amigo, reniegan de que hoy "Ya no hay hombres". Ah claro, pero cuando estábamos mas jóvenes buscaban tipos maduros porque, según ellas, los menores de treinta y cinco todavía están en la adolescencia y no quieren relaciones serias, pero sin importar la edad, cuando uno les dice "te amo, vivamos juntos, hagamos planes y casémonos pronto", huyen quemando llanta contra el pavimento.

Los síntomas de fobia al compromiso de la mujer de hoy son categóricos. Incluso en internet hay chistes que giran entorno a estos múltiples requerimientos femeninos que solo en sus más retorcidos sueños podrían conseguir. A simple vista enumeremos los siguientes tipos de novias fugitivas, y no lo digo porque me siento el amuleto de los viajes, no como creen?

UNO:
La que espera al hombre ideal (como todos saben, inexistente) ese que tiene que ser:
a) Físicamente agradable pero tampoco un modelito (a algunas ya les salió gay ya mejor ni recordar)
b) Protector pero que no asfixie
c) Compañero pero no demasiado comprensivo (porque sino te acusan de carácter débil)
d) Trabajador pero no adicto al trabajo (tons como chingados quieren que saque uno el dinero? No todos somos juniors)
e) Romántico pero no pegajoso
f) intenso sexualmente pero no insistente (por qué no pueden ser como nosotros? :S)
g) Paternal pero no autoritario
h) Cuidadoso de su aspecto pero no demasiado "producido"
i) Atento a los estados de ánimo femeninos pero que no haga demasiadas preguntas.
j) Generoso pero ay de ti si vienes a restregármelo.
k) Inteligente pero que no cuestione tanto lo que ella hace o dice.
l) Con modales y sin manías aunque ella deje las tangas colgadas o cabello suelto en el baño.
m) Familiar, pero solo con la parentela política
n) Inmutable ante los chistes eróticos, fotos o coqueteos que otros le hacen a ella, sea de viva voz, celular o Internet.
o) Con mucho dinero pero que no la trate como si fuera de su propiedad "ni que le sobre para gastárselo con otra" (pues entonces para qué era el dinero?)
p) Que no tenga amigas (Nos saben algo?) pero que soporte el asedio de sus amigos varones que siempre la invitan a salir solo a ella
q) Lo suficientemente celoso para alimentar su enorme ego, pero que la deje ir a bailar sola con sus amigas...

Y así sucesivamente. El alfabeto es insuficiente, tendríamos que recurrir a silabarios complejos como el katakana.

DOS:
La que le tiene miedo a la "felicidad".
Es aquella mujer que piensa que unirse al hombre soñado la va a llevar a un estado de plenitud biológica y psicológica existencial.....pero del cual no hay retorno. Ya no va a poder gritar: "¡estoy tan contenta de no ser feliz!". Y la verdad verdadera es que cuando una mujer no tiene de qué quejarse siente que se le acabó la vida. El ejemplo ideal de esto es la relación que se da entre Woody Allen y Julia Roberts en el film "Todos Dicen Te Quiero".

TRES:
La que construye su propio pedestal, se lo pega en los pies y lo lleva a todos lados. Soberbia, actúa permanentemente mostrándose como la mejor, una super-woman. Se sabe que cría ocho hijos sin niñera, conduce dos empresas en donde por cierto es tirana con sus empleadas, seduce a Tom Cruise por teléfono y su doble moral la lleva a comulgar siempre en el Vaticano. Sus novios anteriores fueron Alejandro Magno, Freud y Robert de Niro en Buenos Muchachos, y se los dice a todos los candidatos para que piensen: "demasiada arena para este camión". Weba.

CUATRO:
La que escribe el guión de su romance antes de que un tipo se le siente delante por primera vez.
Vive interrogándose maliciosamente: "¿y si no la paso bien y después no me lo puedo sacar de encima?" "¿Y si me enamoro y él resulta ser casado o con novia?"; “Y si somos diferentes?” "¿y si se da cuenta que no soy perfecta?" entonces decide que es mejor primero terminar la carrera de derecho, luego especializarse en derechos humanos, para después hacer el postgrado en derecho internacional e instalarse en Washington y desde ahí pelear por lo verdaderamente importante aunque sean desconocidos. Luego entonces, cuando se oiga el pitar de ese terrible y hasta entonces cruel “ultimo tren” ya será el momento de buscar un novio.

CINCO:
La chica estilo "no hay historia que me venga bien", abandona a un pelirrojo porque vive deseando conocer un rubio lampiño descendiente de daneses y vikingos que la haga “mejorar la raza” y cuando lo encuentra declara que en realidad le gustaría toparse con un africano nativo de Uganda, bien dotado claro. Y cuando regresa del continente negro afirma suspirando: "Es que ya no quedan hombres de verdad". Es la típica mujer que termina saliendo con dos o tres al mismo tiempo, porque cada uno le da un porcentaje de contención, placer o dinero que el resto no puede cumplir. Así llega al 100 % masculino deseado, ajá, sin tener de veras a alguno. ¿Dónde escuché esta historia?

SEIS:
La mujer que odia las ataduras. Libre, demasiado.
Nunca vio "Cuando Harry encontró a Sally”, entonces no se emociona cuando le proponen casamiento. Aunque viviera en una tribu de Amazonas sería feminista. Es la típica dama que no se conforma con haber conocido el voto y el orgasmo en el siglo XX. Es muy probable que no sólo se limite a su gusto por los brazos de un hombre, en ocasiones sus apetitos incluyen los su propio género, aunque esto no justifica tener que dejarse vello en las axilas. Insaciable. Vive reclamando autonomía, independencia, necesita gritarlo, busca un novio versión "monolito inerte" que no se incomode si ella le manifiesta su deseo de pasar la noche comiendo apio y nueces en la mansión secreta del Marques de Sade (con el Marqués y Tom Cruise en celo por supuesto), porque su filosofía es: "quiero que me den libertad para ansiarlo todo, aunque después no haga nada". ¿Qué tal?.

SIETE:
La que traduce casamiento como "planchar camisas y cuidar leprosos".
Y un hombre con camisas arrugadas y estornudos ruidosos, le quita siempre el lugar de demandante que ella necesita conservar. También es la que considera que el matrimonio la obliga a tener que responder preguntas personales como "¿de dónde vienes? ¿quién es ese wey que te llama siempre? ¿no te parece que ese supuesto amigo te está echando el perro?". Ella se mira al espejo y grita: "¡Yo soy una chica que no nació para dar explicaciones!". Y se sale con la suya , al silencio sepulcral que la rodea siempre no tiene que darle explicaciones. El que calla otorga ¿no?

OCHO:
La que cuando estaba sola vivía enclaustrada rogando que un tipo la invite a tomar un café y lo único interesante que hacía era pasearse con los brazos cruzados por la condesa o santa fe mirando ropa dos tallas menos. Y ahora que tiene novio de golpe se le ocurre ir al billar malafama con su amigo “William”, tomarse vacaciones en Ibiza con su compañera de trabajo “Penélope”, cenar ravioles en el departamento de su prima segunda Ceci, salir a bailar con las compañeras de la secu, o de la universidad y todo sin su novio, el cual intolerante no comprende que ella buscaba al hombre de su vida para después salir con el resto del planeta y dejarlo en la oficina “aprovechando el tiempo”. Y lo peor es que va a terapia y su psicóloga la alienta: "¡tienes que realizar todos tus deseos, pase lo que pase y caiga quien caiga!" actitud que las lleva a recuperar su autoestima....... y la soledad.

NUEVE:
La misma anterior pero que además ahora que no está sola, se siente feliz, entonces comienza a estudiar maquillaje los lunes, practica gimnasia los martes, realiza actos de caridad los miércoles, hace teatro los jueves, cocina para toda la semana los viernes, y se va a descansar con su familia a Cuerna los sábados y domingos. "¡Pero así no nos vemos nunca!" grita el novio y ella se queja con un “respetemos nuestros espacios”.

DIEZ:
La que tiene todas las variantes del Edipo (el temprano según Melanie Klein, el de la etapa fálica a decir de Freud, el metabolizado o digerido y enfocado hacia los otros hombres si le hacemos caso a Lacán) . No hay novio que sea más importante que "Cuchicuchi" y si "Cuchicuchi" la llama para que le rasque la espalda ella los deja plantados a todos hasta en la puerta del Registro Civil.


Las restantes: son las que no se escapan de la boda, tal vez porque el mandato familiar se impuso y deben casarse y tener hijos, porque "así debe ser". Van a terapia para seguir amándose cada día más a si mismas pero no al prójimo cercano, es decir, al hombre, porque quererlo demasiado significaría tener baja autoestima. Estas son las que asumen su condición de esposas y reducen el pánico blasfemando al pobre marido, que a partir de ese instante dejará de llevar la cuenta de sus defectos, miserias y debilidades, ya que no tiene sentido que dos personas que comparten el mismo techo vivan recordando lo mismo, en voz alta, todos los días.